Un peregrino francés en bici y una parada en la Residencia San Francisco
Junio de 2024

Un peregrino francés en bici y una parada en la Residencia San Francisco

Mi viaje me llevó a la ciudad de León, donde la Residencia San Francisco de Asís se convirtió en ese lugar inesperado de paz que buscaba en mi viaje y en la hospitalidad que sin pedir encontré.

Al llegar, agotado pero emocionado, fui recibido con gran amabilidad y las barreras del idioma no fueron ningún problema. La residencia, con su atmósfera acogedora y espíritu de hermandad, fue un gran alivio para el cansancio acumulado. Lo más reconfortante fue saber que mi fiel compañera de viaje, mi bicicleta, y todo mi equipaje estarían seguros, permitiéndome explorar la rica historia y cultura de León sin preocupaciones.

Durante mi estancia, la hospitalidad de los anfitriones fue ejemplar. No solo se preocuparon por mi confort, sino que también se aseguraron de que tuviera todo lo necesario para recuperar energías y continuar mi viaje. Las conversaciones, compartidas en un ambiente de mutuo interés y respeto, enriquecieron mi experiencia, dándome una visión más profunda de la generosidad y el espíritu de servicio que define al Camino.

La posibilidad de dar una vuelta por la ciudad, saboreando su rica historia, sin el peso de mi equipaje, fue un regalo inesperado. La belleza de León, desde su impresionante catedral hasta sus pintorescas calles, se quedó grabada para siempre en mi memoria, ofreciéndome un respiro cultural antes de retomar la ruta.

Ahora, mientras me preparo para continuar mi viaje, siento una profunda gratitud hacia la Residencia San Francisco de Asís. Estos dos días de descanso no solo han recargado mi cuerpo, sino que también han enriquecido mi alma, dejándome con historias y experiencias para compartir.

Recomiendo de corazón la Residencia San Francisco de Asís a cualquier peregrino que busque un lugar donde la hospitalidad, la seguridad y el confort se unen para ofrecer un refugio perfecto en el camino. Mi viaje continúa, pero las huellas de amabilidad y calidez que he encontrado aquí me acompañarán, motivándome a llevar el espíritu del Camino y de la Residencia San Francisco de Asís allá donde vaya.


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